En Busca de la Salud Perdida
Ocurre muchas de las veces que me transformo en médico para ayudar a quien se sienta enfrente. No importa el lugar ni las circunstancias. Ni siquiera importa lo que me cuenta el paciente. Con demasiada frecuencia escucho relatos de enfermedad buscada y hallada.
Tengo la inmensa suerte de haber trabajado durante casi quince años ya en diferentes ámbitos de la sanidad pública y privada: Servicios de Urgencias de Hospitales y de Centros y Consultorios de Salud, Consultas de Atención Primaria, Consultas de Pediatría, Residencias Sociosanitarias y Consultas de Medicina Funcional e Integrativa. Haciendo una estimación media, he atendido alrededor de 80.000 personas de todas las edades, desde recién nacidos a ancianos en su lecho de muerte, de muchas etnias y de varios estratos sociales, y muy a menudo observo lo mismo: las personas se engañan a sí mismas.
Me explico. A todos nos gusta creer que somos responsables de lo bueno que nos ocurre en la vida, y en cambio solemos proyectar en diferentes realidades lo malo o no tan bueno. Sería un poco como lo que ya nos pasaba desde el colegio e instituto, cuando decíamos que habíamos aprobado o que nos habían suspendido. Los pacientes desean estar sanos, por supuesto, y por eso acuden al médico buscando ayuda. Ocurre que, en muchas ocasiones, no quieren escuchar lo que saben que les curaría: es necesario que realicen cambios en su estilo de vida. Y es que a casi nadie le gusta que le digan lo que tiene que hacer. Es por ello que resulta más fácil mirar hacia otro lado, tomarse una pastilla, solicitar una prueba complementaria y confiar en que los demás solucionen algo que está en nuestras manos y en las de nadie más.
Hay que decir que, siendo justos, parte de la responsabilidad de esta situación casi esquizofrénica la tiene la propia organización sanitaria. Durante demasiados años ha lanzado mensajes muy dañinos para la autogestión de la salud: el peso de la herencia genética y la importancia de seguir los protocolos médicos vigentes, sometiéndose a los controles y tomando determinados medicamentos, por nombrar sólo dos. No voy a extenderme en estos aspectos, ya que darían para sendos posts, aunque sí que quiero hacer algunas puntualizaciones que creo necesarias.
El papel de los genes no es tan importante como te han dicho.
Con respecto a la herencia genética les recomiendo este post del blog de Regenera, empresa catalana de clínicas de psiconeuroinmunología, con la cual colaboro como profesor, escrito con claridad y rigor por el gran Carlos Pérez, amigo, fisioterapeuta, psiconeuroinmunólogo clínico y autor del libro PaleoVida (2012, Editorial B). En él cuenta que los genes no causan la enfermedad sino que predisponen a ella, estando implicados en no más de un 10-50% de las enfermedades más comunes, perteneciendo el resto de la responsabilidad al ambiente o estilo de vida. En la misma línea, el año pasado se publicó en la prestigiosa revista médica The Lancet un estudio donde se analizaron datos de 188 países, desde 1990 a 2013 y extraidos de 35.620 fuentes, siendo la conclusión de los autores escalofriante: el 95% de la población mundial padece entre una y cinco enfermedades que tienen que ver con el estilo de vida. El top 5 lo ocupan la diabetes, el Alzheimer, el abuso de medicación, la artrosis y la artritis, siendo los dolores de espalda, la ansiedad y el consumo de drogas problemas también importantes.
El sistema sanitario no está diseñado para curar enfermedades crónicas.
Sobre la importancia de seguir los protocolos médicos, someterse a los controles y tomar medicamentos se ha escrito también mucho, existiendo varias voces en el panorama actual que merece la pena tener en cuenta. Juan Gervás y Mercedes Pérez, ambos médicos, son referentes españoles en este tema. Su radical postura, criticada por muchos aunque basada en evidencia científica, se plasma en los dos libros que han escrito hasta la fecha (Sano y Salvo, en 2013, y La Expropiación de la Salud, en 2015, ambos publicados en Los Libros del Lince). Juan G. y Mercedes P. afirman que nos sometemos a demasiados exámenes médicos y que ingerimos demasiados medicamentos. Les recomiendo que visiten su web, donde podrán leer opiniones diferentes a las oficiales. Otro autor que resulta interesante leer es Peter C. Gotzsche, quien ha escrito el libro Medicamentos que Matan y Crimen Organizado (2014, Los Libros del Lince). Peter C. es médico, investigador, director del Centro Nórdico Cochrane en Copenhage y co-fundador de la prestigiosísima organización Cochrane, reconocida a nivel mundial en el ámbito científico por elaborar rigurosas revisiones sistemáticas sobre diversos temas médicos con el máximo nivel de evidencia. Peter C. afirma con rotundidad, entre otras cosas, que el uso de medicamentos es la tercera causa de muerte en el mundo, y que las empresas farmacéuticas han corrompido el sistema sanitario.
Resumiendo, tenemos por un lado unos genes que nos predisponen a enfermar pero que afortunadamente son dependientes del ambiente para expresarse, un sistema sanitario hipermedicalizado que en muchas ocasiones (sobre todo en el ámbito de la Atención Primaria) se excede en sus actuaciones, y unos tratamientos farmacológicos diseñados con demasiada frecuencia para aumentar los beneficios económicos de unos pocos antes que mejorar la salud de la población. Y por otro lado tenemos el autoengaño perpetuo en que vive la mayoría. Un autoengaño muy elaborado en el cual las enfermedades son algo que no nos pertenece, algo que viene desde fuera, algo que nos toca sufrir y que les toca a otros curar. Una situación que es imprescindible cambiar si queremos dejar de ser una sociedad enferma y construir un mundo sostenible y feliz.
Los pacientes normalmente enferman debido a su estilo de vida.
Ahora describiré a un paciente estándard de tantos que he visto. Obviamente extremaré sus características para que sea didáctico, a pesar de lo cual existen por desgracia muchos tal y como voy a dibujarlo. Digamos que se trata de un señor de 50 años. La lista de sus enfermedades, trastornos o disfunciones está formada por obesidad, hipertensión arterial, diabetes, dislipemia, acidez estomacal, insomnio, dolor de cabeza y estreñimiento. En su receta electrónica se incluye enalapril (antihipertensivo), metformina (antidiabético), simvastatina (anticolesterol), omeprazol (antiácido), zolpidem (hipnótico), paracetamol (analgésico) y lactulosa (laxante). Entre sus hábitos de vida se encuentra el tabaco (fumador desde la adolescencia de 1 paquete al día), alcohol (bebedor de 1-2 cervezas al día, vino con las comidas no todos los días, whisky la mitad de los fines de semana), sedentarismo (3-4 veces al mes va a caminar media hora), alimentación de baja calidad (consume productos procesados la mayoría de los días) y estrés (trabaja 10 horas al día de encargado en un restaurante que no es suyo, lleva 4 años así). Acude a verme porque refiere que últimamente se encuentra bajo de ánimo, duerme peor de lo habitual (la pastilla ya no le hace casi efecto), está muy estresado en el trabajo, no consigue desconectar al llegar a casa, incluso ha habido días que ha llorado, se siente agobiado, y su mujer le ha dicho que venga al médico porque “tienes que tener una depresión o algo, y le dices al médico que te mande un tratamiento o te derive al psicólogo”.
La cuestión clave aquí es cómo le explico a este hombre que su problema no se soluciona con un antidepresivo o un psicólogo, y cómo consigo que entienda que las raíces de su malestar están en su estilo de vida. Parece fácil, pero les aseguro que no lo es. Y menos con apenas 8 minutos por paciente. El señor necesita una solución a sus problemas. El señor probablemente no conozca las complejas interrelaciones que existen entre su sistema nervioso y su sistema endocrino, o entre su sistema cardiovascular y el descanso. El señor cree que con una pastilla más en la receta electrónica su vida será algo más llevadera, o que con un psicólogo aprenderá a gestionar mejor su estrés, cosas por otro lado posibles e incluso probables. Lo fundamental aquí es entender que las maneras en que vivimos impactan directa y exponencialmente en las maneras en que permanecemos sanos o enfermamos. Por ello el señor también sabe, o debería saber, que no vive de maneras coherentes para poder tener salud, pero probablemente le duela inmensamente admitir que es el principal responsable de sus enfermedades, y por eso elige el camino corto, el camino del medicamento, de la falsa aceptación de la enfermedad, de las continuas visitas al médico, de las derivaciones a especialistas, de las pruebas complementarias, de los chequeos, de los efectos secundarios e interacciones y de las listas de espera. A este señor hay que explicarle que los cambios en el estilo de vida han demostrado tener el mismo impacto que los medicamentos, como se demuestra en este metaanálisis de la revista médica British Medical Journal, donde analizaron datos de 305 estudios randomizados con un total de 339.274 participantes, comparando la efectividad de medicamentos versus estilo de vida en cuatro enfermedades: diabetes, ictus, enfermedad cardiovascular e insuficiencia cardíaca. Los resultados fueron que ambas intervenciones eran similares en términos de mortalidad, e incluso en algunos casos el estilo de vida se mostraba superior. Este señor tiene el derecho de conocer estos y otros datos de tamaña envergadura, por supuesto, para que pueda entender que retirar la medicación es posible si se sustituye por ejercicio y nutrición, y además tiene el deber de convertirse en especialista en salud, en la suya, en la de su familia, porque es algo esencial para poder disfrutar de una vida plena, y cualquier otra interpretación paternalista derivando su responsabilidad a los médicos, a los medicamentos o a otras personas es simplemente un error e incluso una irresponsabilidad, y más teniendo en cuenta el panorama actual. Y que conste que también considero un error y una irresponsabilidad otras muchas cosas, como la falta de actualización de muchos médicos, el sistema saturado de la sanidad pública o la falta de escrúpulos de la mayoría de las empresas farmacéuticas.
La solución está en tus manos y en las de nadie más.
Llegados a este punto vamos a remontar el vuelo y presentar un modelo biopsicosocial de 5 ítems básicos que nos permita recuperar la salud perdida. Para los lectores interesados les remito a este post escrito por mí para el blog de Regenera, en el que hablo de estilo de vida, salud y Síndrome Metabólico, condición clínica sumatorio de diferentes factores de la que el señor del que acabamos de hablar es un perfecto ejemplo. Quiero dejar claro que en este primer post no pretendo realizar un recorrido exhaustivo por el camino de la salud y la curación, pues esa es una inmensa misión que acometeré poco a poco en sucesivos posts, y que además será el tema central de mi próximo libro.
No existe el sujeto sedentario sano.
Lo primero que hay que entender es el tremendo impacto que tiene el sedentarismo en la salud. Según la esta nota de la OMS “más del 60% de la población mundial es sedentaria, y las enfermedades no transmisibles asociadas a la inactividad física son el mayor problema de salud pública en la mayoría de los países del mundo”. Algunos autores ya han afirmado con rotundidad que no existe el sujeto sedentario sano, y probablemente tengan razón. Estamos diseñados para movernos, siempre ha sido así, y nuestros genes necesitan el movimiento para estar sanos. El investigador F. W. Booth lo explica de manera magistral en este artículo ya clásico, en este otro y en este último más reciente . Por eso es fundamental, imprescindible y absolutamente necesario que todos o casi todos los días realicemos ejercicio físico. Y no, no es suficiente con caminar. Hace falta sudar, cansarse, quedarse sin aire, sufrir físicamente de manera controlada y bajo supervisión profesional si nunca se ha hecho ejercicio. Los beneficios del entrenamiento de alta intensidad están siendo sobradamente demostrados, como por ejemplo en este reciente metaanálisis donde lo comparan con entrenamiento de media intensidad, midiendo la mejora en diversos parámetros como dilatación vascular, inflamación, estrés oxidativo y sensibilidad a la insulina, en pacientes con enfermedad cardiovascular, resultando ganador el entrenamiento de alta intensidad, no existiendo peligro para prácticamente ninguna persona (salvo casos obvios de pacientes que hayan sufrido infartos de miocardio recientes o con patologías de similar calibre). De hecho hasta el mismísimo Colegio Americano de Medicina del Deporte lo recomienda ya desde el 2014 en este díptico. En esta línea el PaleoTraining se posiciona como un entrenamiento muy completo y que cumple con los requisitos para convertirse en una base indispensable para la salud. No dejen de visitar su web para más información.
Come alimentos y no productos.
Lo segundo que hay que hacer es utilizar el sentido común y elegir alimentos naturales y rechazar productos procesados. Algunos autores hablan de no comer cosas que tu abuela no reconocería, o no elegir productos con ingredientes que no sepas pronunciar. De cualquier manera, y complementariamente a estos consejos básicos, creo muy recomendable adoptar la nutrición evolutiva, la cual consiste en frutas, verduras, hortalizas, frutos secos, aceites de oliva y coco, huevos, carne de calidad, marisco y pescado. A día de hoy, la dieta mediterránea está considerada como la mejor del mundo, a pesar de no contar con estudios de primer nivel para ello, y seguramente sea una de las mejores opciones, eso está bastante claro, ya que al compararla con otras dietas como la americana se posiciona por encima. En esta revisión sistemática de la Cochrane se concluye lo de siempre, que es buena para controlar algunos factores de riesgo cardiovascular pero que hacen falta más estudios. Desde hace varios años se han realizado algunos estudios de intervención que comparan la dieta mediterránea u otras dietas como la recomendada para la diabetes con la nutrición evolutiva, resultando ganadora esta última, como por ejemplo en este estudio y en este otro. Estos resultados, aunque modestos, deberían ser suficientes para cuestionarnos el dogma de la nutrición clásica basada en cereales y lácteos y diseñar estudios grandes donde demostrar de una vez por todas cuál es la mejor nutrición posible. Mientras ese día llega, sólo podemos informarnos en buenas fuentes y confiar en determinados profesionales para que nos orienten, pero lo que está claro es que habiendo tantísimos intereses económicos en juego no es de extrañar parte de la situación actual.
No existe la obesidad metabólicamente sana.
Lo tercero es permanecer en nuestro peso. El sobrepeso y la obesidad se han convertido en una auténtica pandemia, y según este informe de la OMS ya se ha alcanzado prácticamente la cifra de 2.000 millones de personas en el mundo con sobrepeso y obesidad. Según este metaanálisis, los kilos de más se asocian a multitud de enfermedades, entre las que se incluye diabetes, hipertensión, ictus, infartos y cáncer. Hay que decir que se sabe que el tipo más peligroso de obesidad es la abdominal, pues es la que se asocia a un mayor número de complicaciones, entre ellas el hígado graso no alcohólico (estudio) o el cáncer de esófago (estudio), por nombrar sólo dos patologías. Desde hace unos pocos años se ha comenzado a hablar de la obesidad metabólicamente sana, y parecía que había un porcentaje de obesos que no desarrollaban alteraciones metabólicas. Sin embargo, recientemente se ha descubierto que no es así, y que tienen el mismo riesgo de desarrollar síndrome metabólico que los obesos enfermos, lo cual se publicó en la prestigiosa revista médica Archivos de Medicina Interna ya en el año 2013 en este metaanálisis. Por lo tanto, sin prisa pero sin pausa, es fundamental estar en nuestro peso. La buena noticia es que no hace falta hacer dieta: realizando ejercicio y comiendo como se ha explicado es muy difícil engordar y no adelgazar.
Eres el dueño de tu tranquilidad.
Lo cuarto es manejar el estrés que muchas veces va asociado a nuestro estilo de vida actual. De entre todos los factores que nos estresan, el trabajo emerge como uno de los principales, y no es para menos, pues en demasiadas ocasiones trabajamos más horas de las recomendables, normalmente en detrimento de la vida familiar, emocional, social y quitando tiempo de descanso. En este reciente metaanálisis de la revista The Lancet concluyen que cuantas más horas trabajas más riesgo tienes de sufrir un ictus y un infarto. No es de extrañar este hallazgo, puesto que una vez más adoptamos estilos de vida para los que no estamos diseñados. Hay que tener en cuenta que la jornada laboral es un invento muy reciente a nivel evolutivo, instaurado durante la Revolución Industrial, y que hasta ese momento el trabajo tenía asociada una fuerte connotación negativa. No se trata de ponernos en huelga y no ir a trabajar, pero hay que ser conscientes de que existen otras opciones en este mundo tan globalizado y que afortunadamente no siempre existe otro remedio que apretar los dientes y aguantar lo que nos echen. Les recomiendo que lean este post escrito por una autora que muestra una visión diferente de esta situación. La clave consiste en realizar actividades que nos gusten, que nos motiven, y que además nos paguen por ello. A veces no es fácil empezar este camino, pero normalmente lleva aparejada una mayor satisfacción, felicidad y salud.
Necesitas descansar mejor.
Por último, como quinto punto, está el descanso. Está más que demostrado que necesitamos dormir entre 7 y 8 horas para tener salud, y el hecho de tanto dormir menos como más se asocia, según diversos metaanálisis, a un incremento del riesgo de desarrollar diabetes, ictus, déficit de atención en niños, o sobrepeso y obesidad. Dormir es algo obviamente natural, algo indispensable, por lo que no debería ser necesario tomar ningún medicamento para ello. Si ello ocurre, si descansamos mal, nos cuesta dormirnos o nos despertamos sin energía, es señal inequívoca de que nuestra salud no está bien, debiendo chequear nuestro estilo de vida para ver si podemos encontrar el o los factores que puedan estar causando el problema, y buscar ayuda profesional en caso de no ser capaces de solucionarlo por nosostros mismos.
Para terminar, me gustaría recomendarles la lectura de un ebook gratuito del gran Chris Kresser, titulado 9 pasos hacia la salud perfecta. Aclarar que la inmensa mayoría de la literatura científica se publica en inglés, por lo que resulta casi indispensable aprender a leer en este idioma si queremos estar actualizados.
Un afectuoso saludo y sean todo lo felices que puedan. La vida es demasiado corta como para empeñarse en hacer otra cosa.
Mis felicitaciones. Realmente lo describes todo perfectamente. Muchas gracias Paris, por compartir tu SABIDURIA. Te ADMIRO. Gracias de nuevo. Un beso enorme.
Eva H.
Muchas gracias a ti por leerme. Es un placer compartir lo que conozco con los demás. Y si además sirve para que sean un poco más felices y más sanos pues maravilloso. Otro beso para ti.
Paris Fernández.
Gracias por compartir paris!
siempre leo posts en esta misma línea, carlos de re-genera es un ejemplo. creo que puedo presumir de cumplir la mayoría de recomendaciones que dáis basadas en la ciencia, a excepción del tema del estrés.
no consigo dominarlo y bajo mi punto de vista y mi auto-diagnóstico, me afecta muchísimo sobretodo en mi peso.
Por otro lado, me gustaría preguntarte, ¿qué es para ti una persona sedentaria? es decir, leemos continuamente que el sedentarismo es causa de muchas enfermedades, pero uno se pregunta qué está considerado como tal, por ejemplo, yo me levanto y entreno entre 45min y 1:15 unos 5 días a la semana, trabajo unas 8 horas (mitad de pie, mitad sentada) y en casa paso por las noches unas 3 horas en el sofá leyendo post como este 😉 crees que eso es sedentarismo? es poco ejercicio? es mucho sofá?
mi alimentación está basada únicamente en alimentos reales: fruta, verdura, frutos secos, carne, pescado y algún lácteo. cero alcohol, ni refrescos ni tabaco.
gracias por leerme y enhorabuena. cuándo publicas tu libro y cómo se llamará?
Hola Elisabet. Cuando dices que te afecta en tu peso, ¿a qué te refieres exactamente? Por otro lado, el sedentarismo no tiene una definición clara, variando según los autores. Para mí, sedentario es alguien que no realiza ejercicio de manera habitual, es decir, que no lo tiene integrado en su vida. Tú no eres sedentaria, a pesar de lo cual es cierto que abusamos del sofá y de permanecer sentados, y efectivamente convendría disminuir dicho tiempo trabajando de pie, por ejemplo. Tu alimentación es excelente, felicidades!!. Con respecto al libro, todavía está en proceso de creación, y no tengo decidido ni título ni fecha de lanzamiento.
Saludos y gracias por leerme!!!
Hola, buenos días Paris, querría recibir por mail tus publicaciones. Sería posible? muchas gracias. Realizas una gran labor divulgativa.
Gracias Manuela! Claro que puedes suscribirte! Solo tienes que clicar en ‘Recibir un email con cada nueva entrada.’ cuando escribas un comentario. El botón está justo debajo del de de enviar
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Mil gracias.
De nada Martina, un placer!!
GraCias!!!!!!
Felicidades y eNhorabuena por vuestra labor!!!!!!
Me alegro de que te haya resultado de interés. gracias por tus palabras!!
ENHORABUENA PARIS! LO HE LEÍDO Y ME HA GUSTADO MUCHO! SOBRE TODO MUY CLARO Y DANDO UN PASITO MÁS ALLÁ: las maneras en que vivimos impactan directa y exponencialmente en las maneras en que permanecemos sanos o enfermamos! A LA ESPERA DEL PRÓXIMO!
Muchas gracias María!! Me alegro de que te haya gustado!! Seguiremos en esta línea!! Saludos!!
gran articulo….comparto… 😉
Muchas gracias Carlos, un saludo!!
Exelente articulo y todo muy cierto, muchas graciAs
Me alegro de que te haya resultado interesante, saludos!!!
Me encanta y tranquiliza compartir cada uno de tus pensamientos…
Humildemente creo que los Profesionales de salud, poco a poco, iremos modificando el paradigmo bajo el que hemos estado..
Gracias!!!!
Me alegra que te haya gustado. También creo que se irá modificando dicho modelo, al menos tenemos que intentarlo. Un saludo!!!
Me suscribo! 🙂
Gracias!!!
Gran artículo!! Interesante! Gracias!
Me alegro de que te haya gustado!! Saludos!!
enhorabuena, gran post, gran proyecto y gran profesional.
Muchas gracias amigo!! Abrazo!!!
Muy interesante, creo que la medicina no debería ser una guerra de laboratorio y optar por los productos naturales y aplicarnos con los consejos.
Me gustó cuando dices que buscamos la pastilla que todo lo cura, cuando podemos solucionarlo con una vida más sana.
Muchas gracias, por el artículo y espero que nos sirva para tomar consciencia.
Gracias a ti por leerme. Seguiremos aportando nuestro granito de arena. Saludos!!
FELICIDADES POR LA PAGINA…ME ENCANTA QUE TE ENCANTES..JAJA
Jajajaja. Somos los primeros que tenemos que creer en nosotros mismos!! Besos!!!
Excelente Paris!!!!
Muchas gracias Dani!!
Enhorabuena por la página y por el gran trabajo que hacéis. (ups, no sé cómo hacer para que no salga todo en mayúsculas…)
conozco el paleotraining y a airam, tengo el nivel 1 de formación como trainer paleo y esperando a junio para ir a por el 2.
Brutal el articulo, explicando claramente cosas que harían tanto bien a tanta gente si lo aplicasen. efectivamente, somos responsables de nuestra salud.
ME suscribo y, con tu permiso, comparto el artículo.
Me alegro de que te parezca interesante, felicidades por tu formación!! Un saludo y gracias por compartir!!
Pingback: ¿Y si lo que te Enferma es tu Estilo de Vida? | Why not Pilates?
Enhorabuena por este post.
Efectivamente, cada uno puede hacer mucho por llevar una vida sana y, por ello, también feliz, aunque la salud no siempre baste.
Me permito, no obstante, hacer una pequeña crítica. Aunque es verdad que el determinismo genético sea relativamente poco importante en las enfermedades más prevalentes, no es menos cierto que hay numerosas enfermedades genéticas frente a las que poco se puede hacer lamentablemente. Si alguien sufre un Duchenne, de poco le valdrán consejos saludables.
por otra parte, el problema sanitario es muchas veces, demasiadas, de raíz socioeconómica y ahi se incluye el sedentarismo y hábitos toxicos. hay personas que tienen muy pocas salidas en la vida por su situación personal. Por ejemplo, es clara la necesidad de un buen descanso, pero muchas personas no pueden realizarlo.
En ese sentido, las recomendaciones del post, indudablemente buenas, sólo pueden ser recogidas por un sector poblacional que no creo que sea mayoritario.
Un cordial saludo
(P.S./ por alguna razón que desconozco, me ha sido imposible poner en minúsculas este texto, así como mi correo y mi blog.
Muchas gracias por tu comentario. Siempre es un placer hallar lectores que cuestionan lo que leen (base indispensable para el avance de la ciencia). Estoy completamente de acuerdo contigo, y con la genética en general, en que existen enfermedades donde poco se puede hacer. No es en esas patologías donde se centra este post, sino en la mayoría de situaciones donde sí que se puede intervenir. También estoy de acuerdo en que el sistema socio sanitario está implicado en el problema, y así lo hago explícito en el post. Con respecto a si las recomendaciones emitidas pueden ser realizadas por la mayoría, habría que hacer distinciones, por supuesto. Escribo este post para personas que por suerte pueden permitirse realizar cambios en su vida. Soy consciente de que existen muchas otras que por desgracia no pueden.
Gracias de nuevo por comentar. Arreglaré el asunto de las mayúsculas. Un saludo.
Gracias a ti por tu receptividad y por tus aclaraciones, que me parecen perfectas.
Un afectuoso saludo
Enhorabuena, Paris x tu trabajo y tu esfuerzo en concienciar a la sociedad a mejorar en su salud. Desde luego que aunque no se podra abarcar todo, tener una buena salud fisica, ayudara a tener una buena salud mental.
Gracias x tu contribucion.
Un abrazo.
Gracias Eva, efectivamente al estar interconectadas ambas saludes lo que trabajes en una se refleja en la otra. Un abrazo!!!
Un artículo muy interesante e inspirador. Gracias por la labor que realizas.
Me alegro de que te haya resultado de interés. Un saludo!!!
Es un honor contar con compañeros médicos con tu visión de la Medicina. A 15 días de terminar la carrera, frecuentemente me siento un lobo solitario cuando hablo de temas de Medicina Integrativa, PNI o Medicina funcional en la facultad u hospitales. Es una suerte poder contactar con profesionales así. Estoy deseando comenzar la residencia en Endocrino para hacer la formación online en PNI de Regenera. Así que si todo sale bien, te tendré de profesor en el futuro. Entre todos podemos cambiar esta Medicina tan poco saludable a la que nos tienen acostumbrados.
Un saludo, gracias y a seguir trabajando duro.
Muchas gracias por tu comentario. Es una inmensa alegría descubrir médicos como tú que desean ampliar la visión que nos enseñan en la carrera y en la residencia MIR. Encantadísimo de tenerte de alumno si finalmente te decides a realizar la formación en PNI. Un afectuoso saludo, compañero!!
Bravo! Cuesta encontrar juntas tantas verdades sobre salud y estilo de vida.
Encontré ayer el blog por casualidad y me está encantando.
Ánimo con el proyecto!!
Muchas gracias por tu comentario, me alegro de que te resulte interesante. Saludos!!
Magnífico artículo. Felicitaciones.
Gracias, espero que te siga interesando lo que publico, saludos!!
Muchas gracias por compartir tu conocimiento Paris, leyendo tu Blog voy encajando y encontrando el sentido de algunas piezas de mi salud y forma de vida que no comprendia.
Me suscribo para seguir aprendiendo y me gustaria saber tu opinión respecto a la utilización de tratamiento antibiótico para eliminar el helicobacter pylori del sistema digestivo.
Gracias de nuevo
Me alegro de que te sirva de ayuda. Con respecto al Helicobacter Pylori cada caso es diferente, hay ocasiones en que es necesario erradicarlo con antibióticos y hay otras en que no hace falta. En principio encuentro más interesante la visión de que el ecosistema microbiano (microbiota) se desequilibra por múltiples factores (de ahí la importancia de estudiar cada caso de manera individualizada), y entonces habría que recuperar el equilibrio por encima de todo. Es cierto que a veces es tanto el desequilibrio y tanto el daño que puede hacer una bacteria aislada que puede ser oportuno un tratamiento antibiótico, pero también es cierto que en otras ocasiones el antibiótico puede contribuir aún más a dicho desequilibrio y empeorar la situación. Finalmente, hay que tener en cuenta que el HP lleva conviviendo con nosotros muchísimo tiempo, y si ahora está dando problemas quizá la responsabilidad no sea suya exclusivamente, sino del ambiente y de nuestro estilo de vida, una vez más. Saludos y espero haberte ayudado y no liado más.
Simplemente gracias por esta gran información. Me dedico al mundo de la salud y este tipo de artículos me vienen perfectos para compartir con mis clientes. Refuerzan toda la información y recomendaciones que les doy.
Un saludo.
Gracias a ti por contribuir a una mejor salud de las personas. Saludos.
Me gustaría leer sus artículos, son muy interesantes
Me alegro de que te parezcan interesantes, puedes leerlos en el blog. Saludos.